1. Su sistema de escritura:
Juan Gossaín decía que la dificultad que tenían sus
ancestros árabes con el español no era que no pudieran pronunciar la O, sino
que no sabían si era redonda o cuadrada. Para nosotros los idiomas más
difíciles serán los que tienen alfabetos diferentes, porque implica un esfuerzo
extra que no hay que hacer con el estudio de idiomas de Europa occidental.
Idiomas con estas características: Cantonés, Mandarín, árabe, hebreo, urdu,
persa, ruso, Tamil, entre muchísimos otros.
2. Su gramática:
Sobre este tema ya había hablado en esta entrada.
Gramáticas muy diferentes pueden ocasionarnos dolores de cabeza al aprender,
especialmente si incluyen características que no son habituales en el español,
como las declinaciones, casos, aspectos, conjugaciones complicadas,
aglutinación, etc. Idiomas con estas características: Finlandés, Húngaro, Euskaro,
Polaco, Thai, Eslovaco, Gaélico, etc.
3. Su fonética:
La presencia de sonidos ajenos a nuestro idioma es una
verdadera piedra en el zapato. El francés tiene 16 sonidos vocálicos (cuatro de
ellos nasales), el inglés tiene 23, y parece una cifra exagerada frente a los
cinco sonidos del español o italiano neutro (porque algunos dialectos tienen
sonidos adicionales). Lo de las consonantes me parece más difícil,
especialmente la acumulación de consonantes (como en el turco) que hacen que
hablar sea como estar en un laberinto.
4. Su contexto:
Existieron idiomas que probablemente fueron fáciles de aprender
en el pasado, pero hoy sería imposible debido a la inexistencia de hablantes.
De la misma manera, aprender idiomas cuyos hablantes habitan regiones muy apartadas
(la mayoría de nuestras lenguas indígenas, por ejemplo) suponen una dificultad
adicional.
Sin embargo, aprender un idioma sigue siendo una aventura apasionante. Todas
esas dificultades solo hacen más emociona.
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